Por Dr. Eduardo Silvestre, Divulgador Científico de Grupo Medihome (MN 57.969)
La llegada del verano y el aumento de las personas que salen en plan vacacional a las rutas incrementa el número de accidentes de tránsito de manera considerable. Además, los fines de semana son los días con mayor cantidad de incidentes al tratarse de un momento en que las personas realizan actividades de esparcimiento. Si bien la pandemia ha disminuido en parte el tráfico a partir de algunos nuevos hábitos que hemos incorporado en el último tiempo, es necesario generar campañas eficientes que fomenten la responsabilidad al volante en los momentos críticos del año.
Según la Organización Mundial de la Salud, cada año más de 1,2 millones de personas muere como consecuencia de accidentes en la vía pública. En la Argentina se producen anualmente más de 1800 muertes y más de 120.000 heridos por esta causa que además es la principal de fallecimiento en la franja etaria que va de los 15 a los 29 años. Los más vulnerables son los peatones, ciclistas y motociclistas.
Los factores que favorecen los siniestros son de diversa índole -inherentes al vehículo, a la carretera, a la visibilidad, a las condiciones climáticas- pero «el factor humano» es el principal responsable, en el 88% de los casos según CESVI. Si bien la mayoría de las personas están al tanto de lo que hay que hacer para evitar un accidente de tránsito y las medidas preventivas que tomar para reducir su impacto, son muy pocos los que las cumplen.
¿Qué rol ejercen las campañas de prevención? ¿Qué tener en cuenta a la hora de generar propuestas eficientes que fomenten la responsabilidad al volante? Es necesario internalizar nuevos hábitos a través de una estratégica en conjunto con otros actores de la salud que focalice en que la única manera de reducir el nivel de lesiones en los accidentes es a través del correcto uso de los sistemas de seguridad del auto, respetando las señales de tránsito y las velocidades máximas.
No es novedad que la ausencia o la inadecuada colocación de los apoyacabezas es responsable de una de las lesiones de gravedad más frecuente, el traumatismo de la columna cervical (conocido como “latigazo”) que puede dejar a una persona cuadripléjica. Asimismo, usar correctamente un casco de motociclista puede reducir el riesgo de muerte casi en un 40%, y el riesgo de lesiones graves en más del 70%. Por su parte, conducir bajo los efectos del alcohol y/o de sustancias psicoactivas aumenta el riesgo y la gravedad de un accidente, aún con pequeñas cantidades en sangre.
Asimismo, como profesionales de la salud debemos saber acompañar y contener a nuestros pacientes en este proceso que puede ser doloroso y traumático. Según la OMS las consecuencias motrices junto con las afecciones psicológicas afectan a más del 95% de las personas que los padecen. Al respecto, está comprobado que la Internación Domiciliaria se convierte en una aliada en la recuperación, ya que el paciente puede hacerla desde su hogar, cerca de sus familiares, contando con los recursos físicos y humanos que necesita para superar la situación inicial y volver de a poco a su vida normal, sin sentirse culpable sino con más herramientas al momento de volver a estar frente al volante.
Por todo eso, resulta fundamental trabajar codo a codo con distintos actores del área de la salud no solo para fomentar la prevención, informar y capacitar a la comunidad sino el fin de que tenga más herramientas a la hora de salir a la ruta. Esto implica trabajar estratégicamente para realizar distintos tipos de campañas de difusión, coordinar charlas, capacitaciones y encuentros virtuales para instalar el tema como una problemática, en lugar de que quede relegado como medidas generales que las personas conocen pero que no cumplen del todo.
En definitiva, resulta fundamental seguir capacitando a la sociedad sobre la importancia de la prevención y la ética al volante. Para ello, es imprescindible difundir campañas que generen cambios en las actitudes y costumbres -sobre todo en verano cuando aumentan los índices de accidentes- para reforzar todo lo que conseguimos durante el comienzo la pandemia, es decir, la baja en los índices de accidentes y por consiguiente de muertes y heridos.
