A pesar de que los beneficios de la Internación Domiciliaria ya han sido demostrados hace muchos años, algunos decisores de salud los desconocen o la utilizan parcialmente, haciendo una subutilización de esta herramienta terapéutica.
Las disminuciones de costos prestacionales acompañados de las ventajas asistenciales del paciente, convierten a la Internacion Domiciliaria en una excelente opción a la hora de elegir este abordaje terapéutico.
La Internación Domiciliaria se fue desarrollando en los últimos años más allá del rédito ya consagrado (disminución de costos, acortamiento de tiempos de recuperación, disminución de complicaciones, etc.); se establecieron nuevos beneficios en la gestión de salud. Uno de ellos es el trabajo en conjunto entre los financiadores y las empresas más allá de lo estrictamente asistencial. Esto surge a partir de la utilización por parte de las obras sociales de la estructura profesional y de cercanía que poseen algunas empresas de ID con delegaciones y equipos asistenciales en todo el país, generando un modelo uniforme de gestión Medico-Asistencial. Esto permite no solo solicitar prestaciones domiciliarias, sino también, solicitar informes médicos o auditorías (utilizando la red de médicos auditores de las empresas de ID) permitiendo de esta forma tener información certera y oportuna del estado de salud del paciente, su evolución y no menos importante sus requerimientos tanto prestacionales como de insumos. Se genera de esta forma un control prestacional que acompaña a las Obras Sociales en la asignación de sus recursos, brindando las prestaciones de Insumos y Equipos asistenciales que requiere cada paciente, volviendo de esta forma a la Internacion Domiciliaria, una herramienta aún más eficiente.
Esto les permite a las obras sociales realizar prestaciones en todo el país sin necesidad de agrandar su estructura y, como consiguiente, su costo operativo.
En los tiempos que corren, donde la oferta de tratamientos es cada vez mas variada y la demanda va en una escalada que parece no tener techo, el desafío para los que administran costos en salud, es ser cada vez más eficientes.